El objetivo es que los madrileños descubran que, a apenas 30 kilómetros de la Puerta del Sol, existe una comarca desconocida, con un mar de olivos del que se extrae el mejor aceite de oliva, bodegas que se asemejan a catedrales subterráneas o rutas para hacer en familia llenas de vida, además de un patrimonio y una historia sorprendentes.
El reto, como han destacado los alcaldes de la veintena de municipios que se promocionan de forma conjunta estos días en FITUR, es mantener los buenos datos registrados en la pandemia, afianzando a los visitantes para que “ahora que ya nos conocen, repitan y no sólo vengan a disfrutar de una jornada, sino que se tienda a un turismo ‘de pueblo en pueblo’ con pernoctaciones”.
En este sentido, la Comarca de Las Vegas ha vuelto a poner el énfasis en la gastronomía como su gran reclamo. Lo ha hecho a través de sus vinos, aceites, quesos, productos de huerta, repostería y otros productos emblemáticos, como las aceitunas de Campo Real, el anís de Chinchón o las palmeritas de Morata de Tajuña.
El Sureste de Madrid destaca además por combinar conjuntos monumentales de primer orden- como Colmenar de Oreja, Chinchón, Perales de Tajuña o Villarejo de Salvanés- junto con pueblecitos con encanto, como Belmonte de Tajo, Orusco de Tajuña, Carabaña, Titulcia.
Una comarca que también es la Alcarria, con pueblos de casas encaladas que se asoman al Tajuña ante una vega rebosante de vida, como Ambite o Tielmes; que se abren camino hasta La Mancha, como Estremera o Valdaracete; o que, como Valdelaguna, Valdilecha y Villar del Olmo, se esconden en pequeños valles llenos de Naturaleza y repletos de rutas para hacer a pie o en bicicleta. Todo en un marco incomparable en el que el visitante también puede optar por recorrer la vega del Tajo a su paso por Fuentidueña y Villamanrique o sorprenderse con las impresionantes lagunas de Velilla de San Antonio, integradas dentro del Parque Regional del Sureste, y donde habitan más de 120 especies diferentes.